viernes, 24 de octubre de 2014

Leyes urbanas sobre la salud mental : de la Dra. Natalia Trenchi

A veces hubiera deseado dedicarme a algún área de la que nadie pudiera opinar, a no ser aquellos que la hubieran estudiado mucho. Por ejemplo: mecánica de aviones o movimiento de los protones, qué se yo. Eso me pasa no sólo cuando me enfrento a algún post en Facebook (que de última todos sabemos que no es más que una moderna “mesa de boliche”) sino, lo que es mucho más grave, cuando leo peligrosas notas de prensa disfrazadas de noticias. Y ni les cuento cuando los planteos absolutamente infundados y pueriles vienen de personas que han tenido acceso a la educación y la información. Ahí tengo que hacer mucho "ommm" para reconciliarme con la gente, la profesión y sus avatares.

Y es que cuando hablamos de salud mental nos encontramos con un campo plagado de prejuicios, errores conceptuales, confusiones y, por ende, de irresponsabilidad. Porque, aclaremos, la salud mental es tan salud como la del cuerpo y merece el mismo respeto. Es tan grave informar mal sobre la hepatitis como informar mal sobre el ataque de pánico o la hiperactividad.

Es cierto que algunos de los mitos con los que nos encontramos habitualmente pueden ser muy atractivos, poéticos y políticamente correctos a simple vista, pero en realidad son muy peligrosos y dañinos cuando los miramos más de cerca.

Ejemplos:

-     Es bastante frecuente que nos encontremos con la idea romántica de que la locura es algo genial. Anda por ahí un grafitti que dice: "La locura es un placer que solo disfrutamos unos pocos". Quien eso escribe, seguro que nunca ha estado ni medianamente cerca de la locura o de alguien que la padezca. La enfermedad mental es terrible. Genera mucho sufrimiento a quien la padece y a quienes lo rodean. ¿Cómo decir que es genial que alguien sienta voces que lo aterrorizan? ¿O que alguien esté tan pero tan asustado de la vida que si pone un pie fuera de su casa el corazón parece explotarle, no le llega el aire a los pulmones y se siente morir? Los trastornos mentales, lejos de liberarte, te esclavizan.

-    Otro error conceptual frecuente es pensar que la locura te vuelve creativo. Escribe la Dra. KR Jamison sobre Van Gogh: “La mayoría de las personas con enfermedades mentales no son inusualmente creativas, y la mayoría de las personas creativas no son enfermos mentales”. Lo increíble de estos "locos" geniales es que hayan podido serlo a pesar de su enfermedad y no gracias a ella. Muchos artistas han sufrido trastornos mentales y muchos han muerto por eso. Su enfermedad los mató (por suicidio, alcoholismo, drogadicción, conductas de riesgo extremo, etc.) pero no los hizo mejores artistas. Al decir de SB Kaufman, en Scientific American: "El genio dramático de Robin Williams no fue producto de su enfermedad mental, su suicidio sí".

-    También puede ser muy tentador sumarse a la opinión de que los trastornos mentales infantiles no existen. Algunas personas que han tenido la fortuna de sólo conocer niños sanos, piensan que son inventos de las maestras, de los padres cómodos o de los psiquiatras. Entonces se escuchan comentarios o se ven clips que dicen que diagnosticar trastornos en los niños es etiquetarlos con oscuros designios. Están muy equivocados y probablemente el error se base en que no entienden la situación.  Cuando una madre o un padre tiene un niño que no se relaciona con los demás o que, a pesar de ser inteligente, no aprende en la escuela, o que sufre de crisis explosivas inesperadas o que lo atormentan los tics de movimientos y sonidos, lo que más desea en el mundo es encontrar la manera de ayudarlo. Para llegar a ello, no hay otro camino que la exploración clínica para saber qué es lo que está pasando. A veces, "lo que está pasando" tiene un nombre, otras veces no. Pero la importancia de llegar a saber qué pasa es central para elegir la manera de ayudarlo. De lo contrario, ¿qué hacemos?, ¿les decimos al niño y sus padres : "acepten esto, no vamos a hacer nada para no etiquetarlo"?

El sufrimiento mental y los trastornos psiquiátricos son terribles tanto para los pacientes, sea cual sea su edad, como para sus allegados. Muchos tienen cura, otros alivio. Idealizar ese sufrimiento o negarlo son dos caras de la misma peligrosa moneda que aleja la ayuda de las personas que la necesitan.

Bienvenida una mirada popular interesada, curiosa y seria sobre la salud mental y sobre quienes trabajamos en el tema pero con el respeto que la evidencia científica merece.

Extraído de: www.mujermujer.com.uy


Excelente Artículo. Mucho para pensar... mucho para actuar!

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