sábado, 24 de agosto de 2019

Noche de la Nostalgia en Uruguay



¿Qué es la Noche de la Nostalgia en Uruguay?

En Uruguay se conoce como Noche de la Nostalgia a la del 24 de agosto. En dicha fecha, se organiza un gran número de fiestas en discotecas, centros nocturnos y carpas montables, para bailar música de los años 60, 70, 80, y 90. Es el evento uruguayo de mayor convocatoria en cuanto a salidas nocturnas se refiere.


¿Cómo empezó la movida de la Noche de la Nostalgia? 

Conozca la historia de una fecha que poco a poco se convirtió en mucho más de lo que quiso. El 24 de agosto de 1978 el grupo propietario de la recordada CX 32 Radio Mundo organizaba un baile con música "vieja", old hits, aprovechando el feriado del día siguiente.

Esta movida de La Noche de la Nostalgia, nació el 24 de agosto de 1978 cuando el propietario de CX 32 Radiomundo, Pablo Lecueder, organizó un evento donde solo se pasaron Old Hits, como era el nombre de su programa radial, con temas de los años 60 y 70.

https://www.google.com.uy


¿Qué dicen algunos escritores sobre la Nostalgia?

“La nostalgia, como siempre, había borrado los malos recuerdos y magnificado los buenos.” 
                                                                                           GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

“Así es la nostalgia: un lento baile circular. Los recuerdos no se organizan cronológicamente, son como el humo, tan cambiantes y efímeros, que si no se escriben desaparecen en el olvido.” 
                                                                                          ISABEL ALLENDE

“La música es pasión, amor y nostalgia.” 
                                
                                 RICHARD WAGNER

Se llama nostalgia, y sirve para recordarnos que, por suerte , también somos frágiles. 
            
                                                                                         CÉSAR PAVESE

Es extraño como nosotros apenas notamos los mejores momentos de nuestras vidas, excepto cuando miramos hacia atrás.
                                                                                         JOE ABERCROMBIE


La música evoca tantos sentimientos en nosotros… memorias, nostalgias, cosas que están conectadas a nuestro pasado.
                                                                                        OLGA KURYLENKO

Hay mucha nostalgia en la música del pasado. 
                                             
                                                         JENS LEKMAN

                                                                                                  
-¿Qué es ese encanto que hace tan dulce las cosas viejas?

                                                                      SARAH DOUDNEY





jueves, 22 de agosto de 2019

Entrevista al Dr. Francesc Torralba



Entrevista con un excelente contenido sobre la educación. Para disfrutarla y tenerla muy en cuenta.

lunes, 19 de agosto de 2019

Entrevista a Lola Mayenco

Guiada por su gusto personal y su instinto, Lola Mayenco escribió una especie de enciclopedia para vivir mejor la vida. / Cortesía

La vida es una fiesta

27 Jul 2014 - 7:57 PM
Jorge Consuegra

Es la autora del libro ‘Algo que celebrar’, que habla de las festividades en diferentes lugares del mundo.


¿La vida debería ser una fiesta continua?

Lo es. Estamos demasiado ocupados o ausentes para percibirlo. Constantemente dejamos pasar mil y una oportunidades para prestar atención a los pequeños detalles de nuestra vida cotidiana que nos dan más felicidad que todo el dinero del mundo. Necesitamos estrategias para despertar y eso es lo que las celebraciones consiguen.
¿Cómo se puede disfrutar la vida desde un rincón del Mediterráneo?
De la misma manera que desde Colombia, Japón o el desierto australiano: dejando de vivir la vida como sonámbulos. Abriendo los ojos a los pequeños detalles, los objetos más comunes, los gestos ordinarios. 

¿Qué la impulsó a pensar en que siempre hay algo que celebrar?

Un viaje físico que inicié con mi marido hace diez años. En un pequeño velero navegamos durante un año sabático por el río de La Plata, visitamos algunos puertos de la costa uruguaya y recorrimos toda la costa brasileña hasta el Caribe. Vivimos momentos extraordinarios. Pero, sorprendentemente, una noche en que estaba tumbada en cubierta mirando las estrellas, me inundó la nostalgia de mi vida cotidiana. En ese instante supe que la auténtica felicidad se esconde en los resquicios de lo cotidiano. 

¿Qué recuerdos especiales le dejó su fiesta de la vida visitando Brasil?

Quizás el más significativo para mí fue un encuentro que duró un par de minutos. Llevábamos cuatro horas subiendo al Pico del Papagayo cuando nos cruzamos con otro senderista. Se paró, sonrío y nos miró a los ojos, relajado. Sin proponérselo, ese chico me enseñó a celebrar las oportunidades de conectar íntimamente con otras personas, sin preocuparme de su fugacidad.

¿Es Argentina un breve paraíso de experiencias culturales y folclóricas?

Me gustó mucho el ritual del mate en el campo; la calma de los gauchos me transportó a las ceremonias budistas del té al otro lado del mundo. Pero quizás lo que me llamó más la atención fueron las guitarreadas, unos encuentros informales en los parques y las plazas en los que familiares y amigos se van pasando el mate, el turno de canción y la guitarra. 

¿Qué países desea fervientemente conocer para saber de sus fiestas?

Me gustaría mucho profundizar en la ética y la estética de las tradiciones japonesas. 

¿Cuánto tiempo estuvo pensando en hacer un libro sobre las fiestas del mundo como ‘Algo que celebrar’?

En cuanto regresé a Barcelona, después de terminar mi viaje, me puse a investigar el poder de apreciación de las fiestas tradicionales. Estaba convencida de que logran colar en nuestra agenda la necesidad de prestar atención a algún aspecto fundamental de la vida que sin esa fiesta correría el riesgo de que se nos pasara por alto, pero para poder demostrarlo debía bucear en culturas de todo el mundo. 

¿Con qué imágenes arrancó el libro?

El festival de Divali, que vivimos con una familia hindú en Trinidad y Tobago. A la luz de las miles de velas entendí que celebrar fiestas y rituales es una necesidad humana vital.

¿Qué es lo más llamativo del Festival de los Cerezos en Japón?

La fiesta de Hanami me parece una metáfora preciosa de lo efímero de la vida y de la importancia de disfrutarla al máximo mientras dura.

El libro es como una enciclopedia para vivir mejor la vida. ¿Fue ese el propósito cuando pensó en escribirlo?

Mi propósito era mucho más modesto. Sólo pretendía recopilar una pequeña colección de celebraciones para disfrutar de la vida con mayor intensidad. Lo hice guiada por mi propio gusto e instinto; nada sistemático, organizado ni científico. 
Cuerpo, mente, corazón y alma... ¿Todo esto cabe en una hermosa fiesta de la vida?
Debería caber, ya que la mayor felicidad se alcanza cuando se logra que convivan en armonía las diferentes partes de nuestro ser.

¿Su libro está dirigido a quienes han entrado en una loca rutina o a quienes quieren vivir la vida con más intensidad y alegría?

A ambos. Creo que nutrir nuestras intuiciones y sensaciones, nuestros pensamientos y sentimientos nos puede ayudar a todos a ser más conscientes del regalo que es estar vivos en este preciso momento. 

¿Todos los días debemos tener algo especial para celebrar?

No es que debamos tenerlo, es que lo tenemos: la vida es una fiesta y sólo hay que abrir los ojos para verlo. No hace falta permitirse grandes comilonas, viajes caros o ropa de marca; es suficiente con recuperar la capacidad para disfrutar de lo más mínimo que teníamos todos de niños.


Una Entrevista para reflexionar... y, nos lleva a ahondar más en estos ricos conceptos leyendo el precioso libro "Algo que celebrar".

jueves, 15 de agosto de 2019

Ichigo Ichie - De Héctor García y Francesc Miralles



Un libro maravilloso para enseñarnos a no dejar pasar las oportunidades y tener muy en cuanto cada momento como único y valioso


sábado, 29 de junio de 2019

CONFIAR Y CREER


«Pueden los que creen que pueden»
Virgilio

Como indica la palabra, las creencias se construyen desde el creer, y a su vez, el creer se construye desde la confianza.

Si creemos en algo o alguien es porque confiamos en ese algo o alguien. Luego, el diálogo con la realidad, el ensayo y error, el esfuerzo y aprendizaje, la recompensa que supone el logro, la realización y el placer de crear y transformar nacen de la confianza en uno mismo, en el otro y en la vida.

Creer es confiar y cuando confiamos nos permitimos abrirnos a nuevas posibilidades, nos permitimos crear. Sin confianza no declararíamos nuestro amor, no traeríamos hijos al mundo, no invertiríamos para mejorar, no nos arriesgaríamos, no innovaríamos.  Sin confianza no merecería la pena vivir. Sin confianza no hay encuentro verdadero, motor de transformación de la realidad.  Sin confianza no podemos amar y no podemos abrirnos a la posibilidad de recibir amor. En realidad, el desamor no es más que la ruptura de una confianza en el otro. Confiar y vivir van de la mano.  Confiar y crear son uno.

En sentido contrario, si uno cree en su fuero interno que no lo logrará, consecuentemente no dará el paso necesario, y si lo da, la inseguridad actuará como elemento que tenderá a boicotear la iniciativa. Pero quien se prepara,  se forma, aprende,  entrena  con tesón, ensaya con alegría y esfuerzo,  disfruta  del proceso, trata con respeto a los demás, encuentra un sentido a su labor, incorpora  los errores como activos de su experiencia, abandona el victimismo  en pos de la responsabilidad, va construyendo una  personalidad  y una dialéctica con el mundo  que le permiten avanzar y lograr en el camino de la vida, porque  va esculpiendo  una confianza  en sus propias capacidades  para conducirse y gestionar  la existencia. Por todo ello, sin duda, podemos afirmar que hace mucho más el que quiere que el que puede.

Porque somos nosotros quienes a partir de nuestras actitudes y creencias construimos nuestras realidades. Es más, por lo general, no sabemos de lo que somos capaces hasta que lo intentamos, pero para intentarlo debemos partir de la confianza mínima para dar el primer  paso; debemos  tener fe en que podemos  crear nuestro  anhelo. Para crear, a cualquier nivel, es necesario que se dé una primera condición fundamental: creer que podemos.  Pero no entendamos esta creencia como un acto de fe ciega e inconsciente, sino todo lo contrario: es la consecuencia del triunfo de la voluntad, del tesón en el aprendizaje continuo, del profundo respeto al otro, de la voluntad de servir, de la humildad y del activo de la experiencia.

En este sentido, en los últimos años, la investigación de los aspectos psicológicos de la mente humana ha dejado de centrarse solo en lo patológico para abordar los aspectos positivos y determinar en qué medida la confianza, la humildad, el respeto, la gratitud, la generosidad, el perdón, la curiosidad, la esperanza, el entusiasmo o la serenidad son, entre tantos otros, poderosos acicates para la realización individual y colectiva. No fue hasta el año 2000 cuando, oficialmente, varias facultades de psicología estadounidenses, bajo el aliento del profesor de la Universidad de Pensilvania Martin E. P. Seligman, formalizaron y desarrollaron la asignatura de Psicología Positiva, que se centra en el estudio de los rasgos de carácter que ayudan a las personas a sentirse dichosas, desarrollar su potencial y a mantenerse mentalmente saludables. Seligman y otros están hoy trabajando para explicar cómo lo mejor del alma humana puede conseguir transformar la realidad individual y colectiva. Por ese motivo y para finalizar este texto sugiero la lectura de las obras de Martin Seligman, entre las que destacaría “La auténtica felicidad”.

Álex Rovira

Compartimos este Post del escritor Álex Rovira, que como en todos, con su riqueza y claridad, nos ayudan a reflexionar. 

miércoles, 19 de junio de 2019

Día de los Abuelos en Uruguay



“Escuchen a sus abuelos”

La frase es del papa Francisco, y ha sido titular de una noticia del periódico esta mañana, y a las puertas del verano, toma un especial significado para mí.

Cada verano, por estas fechas, viajamos a la isla de Menorca, hogar de mis padres (los abuelos de mis hijos). Pero ellos ya no están. Mis hijos ya no pueden, en las calurosas noches de agosto, escuchar a sus abuelos. Y esto es para ellos una gran limitación. Añoro los años en que haciendo galletas en la cocina, o repasando álbumes de fotos, mis hijos se empapaban de anécdotas, vivencias, o conectaban con el siempre clarividente sentido común de los abuelos. Como también añoro los lejanos tiempos en que yo podía escuchar a los míos, en especial mi abuela materna, que fue poco porque nos dejó demasiado pronto.

Pero no todo está perdido, porque aunque mis hijos no pueden escuchar a sus abuelos paternos, ni yo a los míos, si podemos escuchar a los abuelos del pueblo. Es difícil dar sentido a muchas cosas de la vida, si no conocemos la historia. Y no podemos conocer la historia si no escuchamos a los mayores. En el bagaje cultural, pero sobre todo relacional y social, las historias de nuestros abuelos son fundamentales, y a menudo, especialmente en verano, tenemos demasiadas cosas que hacer, programamos demasiadas actividades, y los escuchamos poco.

Me he dado cuenta de que para mi hija –por ejemplo-, es difícil entender algunas cosas nuestras porque no conoce suficientemente nuestra historia. No conoce suficientemente cómo hemos llegado hasta aquí como familia, qué experiencias vitales hay detrás de los valores que compartimos, o qué decisiones hay detrás de los lugares a los que vamos. No tiene suficiente conocimiento de cómo se vivía en el pasado, o de quién y cuándo se construyó la casa en dónde veranea. Y es difícil valorar las cosas del presente, y entender las relaciones del presente, sin conocer de dónde vienen.

La vida en directo que hoy vivimos se está comiendo nuestra historia. Nuestras historias. Y esto nos empobrece como personas. No tiremos el móvil, no nos desconectemos de internet, pero escuchemos más a nuestros abuelos. A los abuelos. Es un regalo para ellos y una fuente de conocimiento y crecimiento para nosotros.

                                                                                                        Ferran Ramon-Cortés



miércoles, 12 de junio de 2019

Entrevista al Dr. Francesc Torralba

Para l@s que entendéis el catalán, comparto esta riquísima entrevista al Dr. Francesc Torralba: 

     Viure des de l´eseència (Vivir desde la esencia)

Basada en el libro: Elogio de la madurez




domingo, 9 de junio de 2019

LA BIBLIOTECA DE LA LUNA - Nuevo libro de Francesc Miralles



Una novela reveladora —con ecos de Bradbury, Huxley o Rampa—, sobre el futuro de la humanidad en una colonia espacial.

Sinopsis de La biblioteca de la luna:

En un futuro más o menos cercano, Kumar, un excéntrico magnate, crea la primera colonia humana en la Luna: Exovillage, centro turístico para grandes fortunas.

Verne, lingüista que trabaja en un call center, está enamorado de Moira, ingeniera en telecomunicaciones, radicada en Exovillage y que sufre «melancolía espacial». El joven logra trasladarse allí para ejercer de bibliotecario (en la Tierra se prohibieron los libros impresos para evitar la deforestación) y encontrará textos que buscan la perfección intelectual.

Cuando Verne logra salir a explorar la superficie lunar da con un raro eremita que se transformará en su maestro zen…

www.planetadelibros.com


domingo, 26 de mayo de 2019

La inteligencia emocional - de Daniel Goleman


Leemos en su contratapa:

La inteligencia emocional constituye un verdadero fenómeno editorial que no solamente revolucionó el concepto de inteligencia, sino que agregó una nueva expresión  a nuestro vocabulario cotidiano y cambió el  modo en que percibimos la excelencia personal.
¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia?  ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el adulto que mayor éxito tiene en el trabajo? ¿Por qué algunos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta?
Un nuevo concepto viene a darnos la respuesta a estos interrogantes. Es la inteligencia emocional la que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, incrementar nuestra capacidad de empatía y nuestras habilidades sociales y aumentar nuestras posibilidades de desarrollo social.
La buena noticia es que la inteligencia emocional se puede aprender. La revolucionaria obra de Goleman presenta ideas prácticas que resultarán útiles a todos los lectores, en especial a padres y maestros. Las innovadores estrategias que plantea ayudarán a erradicar la violencia y otros rasgos negativos que son la causa de muchos de los males que aquejan a nuestra familia y nuestra sociedad.


Día del Libro - Reflexionando con el Dr. Walter Dresel