martes, 29 de noviembre de 2016

Salir del remolino - Luis Benia


               ¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO CON EL vértigo en el que nos hemos metido día a día y cómo nos afecta en nuestra vida? Dos interrogantes que me vengo planteando hace tiempo. Les voy a ser sinceros,  para que no se creen falsas expectativas: no tengo la más mínima idea. Sólo lo sufro en carne propia y lo veo reflejado en los rostros de las personas en su alocado transitar diario. ¿Atrás de qué estamos corriendo? ¿A dónde vamos a parar y a dónde pensamos llegar así? Seguramente a ninguna parte y si lo hacemos, es más que probable que no lo disfrutemos. El remolino de la cotidianeidad y el consumo nos absorbe y nos va convirtiendo cada vez más en seres robotizados, apurados, malhumorados, conectados más con las máquinas que con nuestros semejantes y nos impide darnos cuenta que la vida pasa por otro lado.

               Hace días asistí a una fantástica conferencia de uno de nuestros columnistas, el Dr. Julio Decaro. Viene a mi mente porque su título es muy significativo para esto que les estoy contando: “El arte de detenerse”.  Qué difícil es salir del remolino si no se tiene la fuerte convicción para hacerlo. Por el sinuoso y mágico camino de la vida seguiremos transitando con la esperanza de algún día llegar a ser felices; para eso a veces debemos detenernos, replantearnos las cosas, abrir los ojos por dentro y emprender nuevamente la marcha. Como dicen en sus artículos de este mes y desde diferentes enfoques, Carolina y Lauro, la difícil tarea de ser uno mismo. Mucho más que uno mismo.

               Se me ocurre que uno de los secretos para detenerse es el intentar ser felices con lo que tenemos. Parar de correr para tener más y mejor, eso nos permitirá comenzar a ver muchas cosas y disfrutar de momentos que nos aseguran felicidad genuina. Terminar con la carrera que no tiene fin y en la cual vamos perdiendo valores, tiempo, amistades, amor y nuestra más pura esencia.

               Al llegar a mis 44 años, las causalidades de la vida me han enfrentado al dolor de una gran pérdida. Desperté.  Y por suerte cambié la pregunta que me hacía cada vez que me sucedían cosas fuertes: el por qué fue sustituído por el para qué. Les puedo asegurar que detenerse a comprender dicha diferencia, les abrirá un nuevo y fresco camino dentro del gran remolino.

               Hoy solamente agradezco a Matías el haberme brindado la oportunidad de comenzar a ver, para dejar de mirar.

               Que disfruten de Más Vida.

                                                                                      Luis Benia


Editorial de la Revista Más Vida - #10  
Sitio Web: www.revistamasvida.com.uy


Quise  compartir este excelente Artículo, pues  reflexiona sobre un tema que considero es cada día más vigente, y al que quizás no le damos la importancia que merece. 
¡Coincido totalmente, con su idea de terminar con la carrera en la cual vamos perdiendo tantos valores importantes!


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