lunes, 4 de abril de 2016

Reflexión del día: Con Álex Galofré




Estos días he estado haciendo una prueba de lentillas, y es fascinante descubrir como en un inicio, al ponerme las lentillas veo borroso durante unos minutos, y que al cabo de esos minutos (a veces pasan hasta 10 minutos) empiezo a ver con claridad, sin zonas borrosas o desenfocadas. 

Y esta experiencia me ha hecho pensar en cómo miramos en el día a día. Cada vez que miramos una situación, o a otra persona, miramos desde lo que ya sabemos de esa situación y de esa persona. Y lo que ya sabemos es como las gafas que habitualmente llevo puestas. 
Llevar lentillas es metafóricamente empezar a tener otra mirada. Y al principio es borroso, lo que provoca que a menudo nos pongamos de nuevo las gafas antiguas, las conocidas. Ver borroso no es cómodo, y nos parece que no es tan real ni tan cierto. He de aguantar un tiempo con las lentillas, con el borroso, hasta que lo nuevo aparece de forma nítida.

Me sucedió hace poco con una persona, a la que había conocido hace un tiempo.  Me había pedido tener una conversación conmigo en varias ocasiones, y me daba mucha pereza, pues lo que conocí de ella no me inspiraba. Ante su insistencia, finalmente accedí. 

Tras un rato de conversación de pronto me dio la sensación de que había algo distinto en ella. Y cuando me planteé mirar con curiosidad la “niebla” estuvo presente un rato. Lo que no me gustaba de la persona volvía con claridad, y pasó un tiempo hasta que descubrí nuevos matices de la persona, y ciertamente atractivos. Hemos quedado otro día para seguir conversando, y es una conversación que me apetece



Extraído de: www.thecoaches.es       

No hay comentarios:

Publicar un comentario