(Mendoza, Argentina, 1932) Humorista y dibujante argentino conocido internacionalmente por el personaje de Mafalda y por su aguda interpretación de la realidad social. En 1964 creó su personaje de cómic más famoso: Mafalda, la niña lúcidamente analítica que junto a su pandilla de amigos pondrá en clave de humor, con una inocencia demoledora, profundas reflexiones y duras críticas a la sociedad. Surrealista a veces, siempre inteligente y con un estilo de líneas sencillas, su contundente sátira le supuso graves problemas durante la dictadura argentina, hasta el punto de que acabó por abandonar el personaje en 1973. Ha recopilado su obra en libros como Mundo Quino (1967), Bien gracias, ¿y usted? (1976), Hombres de bolsillo (1977), Gente en su sitio (1978), Déjenme inventar (1983).
Quino
Hijo de padres españoles, fue bautizado con el nombre de Joaquín como su tío. Para no confundirle con éste, pronto recibió el apelativo de "Quino", su futuro nombre artístico. Estudió primaria en la escuela de Mendoza y posteriormente decidió inscribirse en la Escuela de Bellas Artes de esta localidad. Allí se editaba la revista Rico Tipo, en la que Quino soñaba publicar algún día sus creaciones.
Entre 1945 y 1949 quedó huérfano; abandonó la Escuela de Bellas Artes y decidió apostar por la profesión de dibujante humorista. Cuando cumplió los dieciocho años, Quino Salvador viajó a Buenos Aires, donde presentó sin éxito sus dibujos en redacciones de diarios y revistas. Años después, en 1954, el semanario Esto es le publicó su primera página de humor gráfico. Esta oportunidad le sirvió de plataforma para darse a conocer a otros medios, que pronto le incluyeron entre sus páginas: Panorama,Che, Leoplan y Atlántida.
En 1958 fue contratado para ilustrar campañas publicitarias. La empresa de electrodomésticos Agens apostó por sus dibujos y curiosamente le impuso que los nombres de sus personajes comenzaran por la letra M. El proyecto no cuajó y Quino guardó sus tiras de dibujos. Seis años más tarde aparecía el gran personaje de Mafalda. Las primeras viñetas se publicaron en Leoplan y posteriormente el semanario Primera Plana de Buenos Aires contó con los comics de Quino de una manera periódica. De esta publicación pasó a El Mundo.
En las navidades de 1966 se editó un libro que reunía por primera vez las tiras ordenadas. Pronto se agotaron los cinco mil ejemplares impresos. Un año más tarde salió a la luz Así es la cosa, Mafalda, editado también por Jorge Álvarez, que de nuevo comprobó su éxito comercial. Comenzaron entonces las traducciones a otros idiomas y apareció Mafalda la contestataria en italiano, con prólogo de Umberto Eco. Sus libros se editaron en España y Portugal, y a partir de 1970, en países como Finlandia, Alemania, Grecia o Francia.
Cuatro años más tarde, Quino viajó a Estados Unidos y posteriormente se instaló en Milán. En 1977, a petición de UNICEF, ilustró con Mafalda (y otros personajes ya conocidos popularmente), la Edición Internacional de la Declaración de los Derechos del Niño. Un año después recibió el Trofeo Palma de Oro, la más alta distinción del Salón Internacional del Humorismo en Bordighera. En 1982 fue elegido Dibujante del Año y se le otorgó el premio Konex de platino. En 1988 la ciudad de Mendoza lo nombró Ciudadano Ilustre.
Los galardones, homenajes y reconocimientos que ha recibido su obra son innumerables. En 1992, la Sociedad Estatal Quinto Centenario organizó en Madrid una gran muestra titulada El mundo de Mafalda, en la que, además, se exhibió un cortometraje realizado en Cuba por Juan Padrón. También Mafalda llegó a las pantallas televisivas de la mano de D.G Producciones. En 1998 Quino recibió el premio B'nai B'rith Derechos Humanos. El 11 de diciembre de 2000 la Universidad de Alcalá de Henares le concedió el premio Quevedos de Humor Gráfico "por su significación social y artística". En 2004, por otra parte, se celebró el medio siglo de trayectoria del humorista, que entre otros reconocimientos incluyó la concesión del título de "ilustre bonaerense", concedido por la Legislatura de la capital argentina.
Quino está considerado como un humorista que ha logrado, con sus dibujos y comentarios, convertirse en un sociólogo y comentarista popular. En sus dibujos predominaban los trazos visuales, el claro perfilado y lo mejor del cómic: un mensaje muy elaborado. Según reveló el propio artista, su escuela la constituyeron los grandes humoristas argentinos. Entre ellos hay que destacar a Lino Palacio, del que heredó el manejo del tiempo y una temática amplia y universal; a Oski, a quien debe la disciplina de documentarse antes de dibujar; y a Divito, del que recibió lecciones de dibujo. Del artista Luis J. Medrano aprendió la importancia de la formación cultural del dibujante. De todos los humoristas, Quino considera al rumano Saul Steingberg el más influyente y mejor dibujante gráfico del siglo XX.
Extraído de: Biografías y Vidas
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