A diferencia de los animales, el ser humano es un ser programado para aprender en todas las etapas de su existencia. Es más: solo nos sentimos completos y realizados si, al final del día, hemos sumado algo más a nuestro bagaje como personas.
Por lo tanto, la escafandra del optimista la forman también aquellos tesoros que va encontrando en sus exploraciones por los océanos de la vida. Éstos pueden ser:* Experiencias que han compartido con nosotros personas de nuestro entorno.
* Lecciones que aprendemos de los problemas a los que nos enfrentamos día tras día.
* Una nueva técnica o habilidad que ayer no conocíamos.
* Un poema, una canción, una idea hallada en un libro, la inspiración de un conferenciante.
* ¡Las lecciones espirituales también cuentan!
No hay comentarios:
Publicar un comentario