Por Magdalena Cabrera
Julio 10, 2017 05:00
El filósofo y teólogo Francesc Torralba dijo que se puede cultivar este aspecto sin referir a un dios
Francesc Torralba (catalán) llegó a Uruguay invitado por la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) que en el marco del XXIV Proeducar, una instancia de formación para docentes y directivos de colegios católicos, lo invitó a dirigir un conversatorio sobre inteligencia espiritual. En el colegio La Mennais, Torralba destacó los beneficios de este tipo de inteligencia, destacada recientemente. En diálogo con El Observador, afirmó que incluso los estados aconfesionales, como Uruguay, pueden fomentarla en sus estudiantes.
¿Qué es la inteligencia espiritual?
La inteligencia espiritual es una modalidad. El gran cambio fue a través de Howard Gardner, que elaboró la teoría de las inteligencias múltiples, y habló de distintas formas. Él no llegó a hablar de inteligencia espiritual. Recién se comienza a hablar de ella en 2001. Es la que nos faculta para una serie de operaciones o actividades que son muy genuinamente humanas. Por ejemplo, interrogarse por el sentido de la vida, asombrarse de la realidad, la capacidad de tomar distancia de la propia vida y autoanalizarla, la capacidad de orar, de meditar.
Es una modalidad de inteligencia que está en todas las personas y que, como las otras, tiene que ser cultivada y educada. Como la inteligencia lógica y lingüística, hay personas que la tienen desarrollada y otras que la tienen atrofiada.
¿La inteligencia espiritual se puede fomentar, entonces?
Claro, yo he escrito tres libros sobre esta cuestión y he observado que en algunos países del mundo, como Canadá, Australia y algunos estados de Estados Unidos, hay programas de educación de la inteligencia espiritual en niños y jóvenes. Estos programas los tienen los centros educativos públicos y laicos, no eclesiásticos.
¿Eso cómo se conjuga?
Esto sorprende porque pensamos que la espiritualidad es igual a religiosidad. Eso es un error porque religiosidad evoca relación, generalmente con un dios. Y espiritualidad no necesariamente significa afirmar un dios. El budismo es una espiritualidad y, sin embargo, no hay dios. Cuando uno practica yoga, tai chi o la meditación zen está practicando actividades de tipo espiritual, sin embargo, no hay dios. Se trata de ver que la espiritualidad es un rasgo de todo ser humano. La religiosidad ya es una opción de algunos. A veces, confundimos y metemos todo en la misma bolsa, pero son cosas distintas. El niño cuando nace no habla, pero tiene la capacidad de hablar. Y hablará la lengua que hable su madre, la lengua materna. También nacemos con una capacidad espiritual. Si usted nace en una familia católica, los ritos, los símbolos, los textos le van a desarrollar la espiritualidad en un marco católico.
¿Un centro educativo que se dice laico y no promueve ninguna religión puede fomentar la inteligencia espiritual?
Por supuesto. ¿No es necesario que también en el ámbito laico el niño se pregunte sobre su proyecto vital, qué ha de hacer con su vida? ¿Cómo va a dotarla de sentido? ¿No es valioso que se asombre sobre la realidad, la naturaleza, el arte, el mar, las montañas? ¿No es valioso que tome distancia de su vida y examine sus comportamientos? La inteligencia espiritual se puede desarrollar independientemente de tener un dios como referencia. Hay personas con una gran inteligencia espiritual que no son creyentes. Y hay personas que son creyentes, que sin embargo no han desarrollado una inteligencia espiritual. Si usted está en un contexto laico, desarrollará estas capacidades al margen de la religión, pero también examinará su vida y se preguntará qué hacemos en el mundo.
¿Desarrollar la inteligencia espiritual, entonces, es buscar respuestas a las interrogantes que todo hombre tiene?
Claro. Todos los individuos tienen una serie de preguntas de fondo: qué hacemos en el mundo, qué me depara la muerte. Estas preguntas están ya en el niño. Cuando muere el abuelo, al niño no le interesa de qué murió, al niño le interesa dónde ha ido el abuelo, qué sentido tiene la muerte. Lo que hay en el niño es una actividad espiritual, busca respuestas.
¿Cuáles son los beneficios que tiene desarrollar la inteligencia espiritual?
Muchos. Una persona que desarrolla la inteligencia espiritual, de entrada tiene tres beneficios, por lo menos. Es profunda. No le gusta la banalidad, la frivolidad, no se traga determinados mensajes banales. También es muy reflexiva. Analiza su comportamiento. No es instintivo y si lo fue, luego lo piensa. Da vuelta a lo que ha hecho y a lo que va a hacer y esto te salva de naufragios. Cuando actúas temerariamente, alocadamente, es muy fácil que fracases, que te hagas daño o hagas daño a otros. Además, las personas espiritualmente inteligentes tratan de ver eso que nos une antes de ver eso que nos diferencia. Te salva del fanatismo, del sectarismo y del fundamentalismo. Es capaz de ver lo que tiene de valioso el otro, a pesar de ser de otra religión, de otro partido político. Una persona espiritualmente inteligente ve lo que une y eso es clave para construir comunidades.
Dijo que una persona religiosa puede tener poca desarrollada la inteligencia espiritual. ¿Eso cómo se explica?
A veces hay mucha inercia, mucha reproducción grupal, "como todos lo hacen, yo también lo hago". Sin embargo, no me pregunto por qué creo, en qué creo. Hay personas que son crédulas y hay otras que son creyentes. El crédulo se lo traga todo sin preguntarse, sin reflexionar. En cambio una persona espiritualmente inteligente se hace preguntas, quiere saber más.
En un país laico como Uruguay, ¿cómo se puede conjugar el fomento de la inteligencia espiritual en la educación pública?
Como lo están haciendo los países más desarrollados del planeta que también tienen Estados aconfesionales. Un Estado aconfesional o laico no significa que no tenga en cuenta las necesidades espirituales que tienen sus habitantes. La declaración universal de los derechos del niño de la ONU (1989) dice que todo niño tiene derecho a una educación integral y en integral pone su dimensión espiritual. Si Uruguay firmó esta declaración, se compromete a que los niños uruguayos tengan una educación integral, que incluye lo espiritual. Una educación de la inteligencia espiritual no significa una educación confesional, ni significa catequesis, significa educar esa potencia que hay en todo ser humano.
*Torralba enseña Historia de la filosofía contemporánea y Antropología filosófica. Da conferencias por todos los países hispánicos y participa en congresos de carácter nacional, europeo e internacional. Ha escrito más de 90 libros sobre temas variados. Además, publica en revistas especializadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario